Ana Maisonave (1994) nacida y residente en Madrid, desde muy pequeña ha estado muy ligada al mundo del arte: Hacía teatro, dibujaba y deformaba la arcilla para darle un sentido. Con los años, descubrió la fotografía y aprendió de manera autodidacta hasta que el año pasado decidió adquirir un conocimiento más profundo de la técnica fotográfica.
“Soy amante de la fotografía y mi pasión es la luz y lo que reina en sus formas. La mayoría de las veces suelo usar mi cámara digital, aunque a veces prefiero revelarlas para no perder la esencia, cómo los álbumes de la familia”, explica Ana.
Otro de los temas predominantes en sus fotografías es la narrativa visual a través de la retórica. Observa, toca y despierta las cualidades de los objetos mientras les hace una foto. “De ahí sale un oxímoron, una metáfora,una prosopopeya. Me gusta la lírica tanto escrita como la luz captada por mi cámara oscura que se muestra callada por un instante”.
Sobre sus proyectos, confiesa que las obras fotográficas tienen mucha relación entre sí aunque requieren su tiempo. Esas repeticiones detalladas, la luz y las sombras, el blanco, el negro y sus colores. Esos juegos visuales con mensajes que no se ven, pero que existen. En boca de la propia artista: “Esto es vocación y ética. Somos de luz y sombras”.