ENTREVISTAS


Luis decide viajar siempre con tres cámaras: Una Hasselblad 500CM analógica, una D200 Nikon digital y el Iphone, dice no conocer mucho su estilo: “Eso me pregunto yo muchas veces. Quizá lo más cercano sea el documentalismo con una filosofía propia sumado con las influencias de la fotografía europea de la década del 2000-2010 “. Así mismo describe su trabajo Luis Cobelo, venezolano con residencias eventuales en España, y que por los momentos se encuentra acá en Venezuela.

Su estilo bastante particular y fuera de lo convencional lo lleva a retratar ciudades y lugares poco comunes, personajes particulares, travestis, parques abandonados y la otra cara de cada lugar que visita.

¿En que te inspiras a la hora de decidir fotografiar Berlín ó Hong Kong?

“Previamente no existe una inspiración. Quizá una pulsión por conocer, por saber. Cuando no conozco la ciudad que voy a visitar solo siento curiosidad y un vértigo en el estómago de lo grandioso que será hacer fotos en ese sitio al que decida ir. Una vez allí me muevo los primeros dos días sin hacer muchas fotos, y sucesivamente van saliendo las imágenes sin una previa preparación. Mis fotos son sensaciones. Todas las ciudades tienen algo. Hay algunas que son más fáciles de preveer por su fama, etc. Pero pienso que cualquier sitio es interesante. Solo hay que encontrar la imagen que vaya con tu sensación. Y si no hago ninguna foto en algún lado, pues es que no había nada para mí. Eso es lo que cuenta. Hoy cualquiera puede hacer una buena foto ayudado por las nuevas tecnologías y eso me gusta; que exista eso hace a la gente mucho más creativa. Me gustaría un poco más de disciplina, más edición, más seguridad y menos fotos para mostrar. Que las imágenes no sean miles, sino unas 10 que puedas recordar”.

¿Que formatos has manejado?

6x9, 6x7, 6x6, 6x4, y 35 mm.

¿Te convence el digital?

“Si claro. Critico de lo digital la enorme cantidad de fotos que puede llegar a hacer un fotógrafo (incluido yo algunas veces) de algo que solo amerita unas 20 fotografías. Lo digital ha ayudado a mantener los costos, pero ha hecho más inseguros a muchos. Es una enorme pesadez editar un trabajo cuando tienes 400 fotos de la misma escena. Muchas veces cuando trabajo para alguna gente me ha pasado que después de hacer solamente unas 30 fotos y decir que ya tengo la imagen. ¡Me piden más! El criterio del fotógrafo está devaluadísimo. Ahora opinan todos, hasta los maquilladores”.

¿Has trabajado para publicidad?

“Si. No mucho para pesar de mi cuenta de ahorros. Porque es obvio que en la publicidad hay más dinero que en otras áreas de la fotografía. Para la creatividad personal es un reto, porque hay demasiados elementos que escapan a uno como creador de imágenes. Creo que la clave de la fotografía publicitaria está en conocer la técnica, tener buenas relaciones y ser diplomático. Conozco a muchos fotógrafos de publicidad que se empeñan en hacer -trabajos personales-. Al final se aburren de ser dirigidos y de que la imagen sea tan vacía, tan efímera”.

¿Proyecto más reciente?

“En Buenos Aires estuve retratando la vida del equipo de fútbol de ciegos de ese país. Me pasé dos semanas conociendo a los jugadores y metiéndome en sus cabezas, aprendiendo que la incapacidad está solo en nuestras cabezas. Y en Ciudad de México estuve retratando a luchadores homosexuales que están en el circuito nacional de lucha libre de ese país. Se les llama -Los Exóticos-. Próximamente retrataré la vida de los concursos de belleza en Venezuela para travestis”.


Vida y bitácora de un artista que se atreve a decir: “Mis imágenes no venden nada. Solo muestran realidades: anónimas, privadas y públicas”.