Para desarrollar el logotipo, han mirado hacia el origen de la marca y han tomado como punto de partida el logo que Toblerone tenía en 1908. En este sentido, se conservan las letras en mayúscula y en color rojo con un contorno dorado. No obstante, se ha trabajado una paleta de colores complementarios que funcionan a la perfección en diferentes aplicaciones como packagings, publicidad o página web.
Según cuentan desde Bulletproof, esta nueva identidad se inspira en los archivos de Toblerone. El nuevo diseño incorpora algunas peculiaridades del logotipo como su «O» descentrada. Además, también han desarrollado una nueva tipografía inspirada en la firma original del Sr Tobler como una forma de traer el presente las raíces de la marca.
Por cierto, si te preguntas si la marca sigue escondiendo al oso en la montaña del logotipo, la respuesta es: sí. Un guiño así no podía quedarse fuera de una marca tan icónica.